viernes

Hongos tibetanos (tibicos)

Son una mezcla de bacterias y levaduras que se hayan en una fuente de polisacáridos creada por bacterias. Son conocidos también como guandolo, guarapo, maná, toniferro, tresnatas, kéfir de agua, etc. Están propagados en todo el mundo recibiendo otros nombres de acuerdo a los idiomas y literatura.

Los microbios presentes en estos hongos actúan en simbiosis para mantener un cultivo estable, parecidos a masas gelatinosas compactas de color blanquecino, amarillento y translúcidos de diversas formas y tamaños. La fermentación de los tibicos se puede llevar a cabo en diferentes líquidos azucarados, alimentándose del azúcar para producir etanol, ácido láctico y dióxido de carbono, lo que permite que el agua esté carbonatada.




Muchas personas que tienen una dieta vegetariana o no quieran tomar leche, encuentran en el agua de los tibicos probióticos, que al embotellarse el resultado es una deliciosa bebida refrescante apta para niños y adultos.


Propiedades

- Reparación de tejidos causados por traumatismos e infecciones continuas.
- Alivio de colitis.
- Protección de la flora intestinal.
- Artritis.
- Infecciones urinarias.
- Cura y prevención de cáncer.
- Longevidad.
- Baja de peso.
- Cansancio extremo.
- Estrés.
- Entre otros.


Precauciones

En personas que sufren diabetes el consumo debe ser moderado ya que el agua de los hongos tienen azúcares y esto podría aumentar los niveles de glucosa en la sangre. Por eso se recomienda aplicar poca cantidad de panela o fruta al cultivo y extraer el agua cada 48 horas.

Debido a la producción de ácido láctico que generan los tibicos, las personas con gastritis aguda también deben moderar su consumo.




Preparación

Se colocan en un recipiente de vidrio, con agua pura o hervida y un trozo de panela. Se tapan con un trapo asegurado con un caucho o liga de modo que puedan respirar y se dejan a temperatura ambiente entre 24 y 48 horas. Cumplido el tiempo se extrae el agua en colador plástico y se toma el líquido. Los hongos colados se lavan y se llevan a un recipiente limpio; los que quedan adheridos al vidrio son los recién nacidos y hay que tener mucho cuidado al eliminarlos, ya que pueden tapar las cañerías. Los tibicos no se comen; es el agua la que tiene propiedades curativas. En ningún momento se debe utilizar instrumentos metálicos.